lunes, 18 de abril de 2011

Paradigma indiciario

Ahora sí... ¡largamos con el blog! 
Clase del viernes 15 de abril de 2011

La escritura como saber indiciario
Como en otros momentos, nos proponemos ver, leer, reflexionar, para escribir. La premisa de la que partiremos es que lo pequeño habla de lo grande, el detalle de la totalidad, o “el microcosmos cifra el macrocosmos”, según ciertas doctrinas antiguas…
La producción de una película financiada por el estado argentino -"Belgrano, la película"-, y cuya proyección está siendo llevada a los lugares más recónditos del país para organizar, alrededor de este hecho cultural, una fiesta popular, parece una oportunidad indiscutible de mirada de lo privado en lo público, de los sentimientos personales en la masividad de los festejos; este viernes, de hecho, se proyectará en la UNQ, con entrada libre y gratuita. Por ello, es una buena ocasión para la escritura: poder revisar de qué manera las cuestiones de la subjetividad aparecen en "la cosa pública" (res publica, en correcto latín), y son posibles de detectar en el detalle, en lo mínimo, en el gesto. Les recomiendo leer el texto "Señales: raíces de un paradigma indiciario" de Carlo Ginzburg, que tal vez conozcan por otras materias, y que les envío como código 6802 del Centro de Copiado. Allí, centralmente, me parece interesante el rescate de una mirada sobre lo relevante a partir de lo irrelevante, de los indicios que permiten enfocar el todo. Este modelo indiciario aparece en el siglo XIX como paradigma epistemológico, y lo recogen escritores como Arthur Conan Doyle para su personaje Sherlock Holmes, o nada menos que el padre de la Psicología, Sigmund Freud, quien permite reconocer en el síntoma o el detalle, la significación profunda y oculta en el inconsciente.
En esta ocasión, les pido que traslademos la clase del viernes 15 al lugar de proyección de la película; allí, además de participar de su proyección, estaremos atentos a lo que no estará en primer plano ni a la vista de todos, a los detalles, a los indicios: quiénes participan de la proyección (¿todos son de la UNQ? ¿quiénes de la UNQ: alumnos, docentes, personal administrativo o de servicios?¿hay gente de los barrios circundantes? ¿hay políticos, cineastas, obreros….? ¿hay niños?); qué espacios son ocupados para su proyección (lugar cerrado, abierto; en sillas, en el pasto, en el suelo… quién en qué lugar); qué elementos circulan (mate, comida, cigarrillos, cámaras…); qué vemos en los rostros de la gente, qué se expresa durante la proyección… y mil etcéteras que se les irán ocurriendo a ustedes.
No  nos ocuparemos de escribir sobre la película, sino sobre el evento (¿la fieta?) que supone su proyección.

Bien: ahora, cuestiones sobre la propuesta de escritura.
-          Muchas veces proponemos el aprendizaje de la práctica escritora a partir de la investigación, el relevamiento de datos, la consulta de fuentes, la documentación, la lectura, etc. Pero no es el único modo de escribir. También se escribe –digo, en la práctica ensayística, en la periodística, seguramente no tanto en el ámbito académico- desde la pasión, desde la subjetividad, desde el involucramiento personal, desde la sangre caliente, desde la reflexión sin distancia... Y eso también requiere un ejercicio para poder decir lo mejor posible lo que uno quiere decir, atravesado por las circunstancias del momento. Para ello, un buen recurso es relevar los detalles del evento que queremos contar. Al modo en que Ginzburg describe el modelo indiciario, comenzar por tomar en cuenta lo secundario, lo que un “estudioso” descartaría, para poder figurar qué está pasando allí.
-          La propuesta, entonces, es la siguiente: escribir un relato de lo visto/vivido durante la proyección centrándose en algún detalle, en algún gesto, en algún dato secundario e irrelevante, que les dé la pauta del significado del evento. Incluyan, fuertemente, descripción. En esto, pueden ser todo lo subjetivos que quieran, será una escritura ensayística.  Contar, entonces, “qué pasó”, a partir de uno o más detalles aparentemente intrascendentes, que les resulten interesantes o significativos. No hay extensión sugerida para este trabajo, confío en que tengan cosas para decir.

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